martes, julio 13, 2010

"La Biblia de los pobres"

No solamente los espacios creados por los nuevos medios son interactivos. Dice Lev Manovich en El lenguaje de los nuevos medios de comunicación (Paidós) que el arte siempre fue interactivo, aunque en distintos grados. Por ejemplo, en la Literatura, el lector se ve obligado a completar las elipsis; en el teatro, a imaginar la extraescena o lo que los "mensajeros" relatan que sucedió; así también, la escultura y la arquitectura nos piden que vayamos de un lugar a otro para poder observar desde todos los ángulos todas las posibilidades de apreciar la obra. Ni qué decir de las experiencias religiosas, que se sostienen en las recorridas por las catedrales góticas donde la luz (la "tecnología" de aquel entonces) inundaba los interiores y representaba en sus vitreaux el fervor medieval por la filosofía platónica.
Otro ejemplo es "La Biblia pauperum" (La biblia de los pobres), que estaba constituída por ejemplares de las santas escrituras compuesto, casi en su totalidad, por imágemes, esculturas y relieves cuyo contenido pictórico se utilizaban para la difusión del cristianismo entre la basta masa de iletrados de fines de la Edad Media. Irmgard
Página de una Biblia Pauperum, siglo XV

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